El Real Mallorca salva el primer match ball y gana el partido más importante de su ya dilatada historia. Quizás no éramos muy conscientes de lo que nos jugábamos, pero tras aceptar los acreedores del club una quita del 50 por ciento, se ha podido evitar la liquidación y la consiguiente disolución de la entidad.

La junta de acreedores se celebró en el juzgado número 2 de lo Mercantil de Palma y fue presidida por la magistrada María Encarnación González, que dio por válidas las adhesiones recibidas por el club por valor de 16.681.618,74 euros.

De este modo, la deuda de 40 millones de €, queda dividida en 13.112.868,34 de €, que cobrarán unos 200 acreedores ordinarios en pagos anuales, y otros 27 reclamados por la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Se pasa pues de la fase de concurso a la de convenio, y se deberá de hacer frente a la deuda en los próximos 10 años, a razón de poco más de 4 millones por año.

Entre los adheridos al convenio, destaca el apoyo de una gran mayoría de pequeños acreedores, junto con la presencia del intermediario Alejandro Camaño, Promoesport Baster, Real Madrid, la R.F.E.F., el Nacional de Montevideo y el Peñarol.

Rechazaron el convenio el Sevilla F.C, el Athletic Club, Delta Sport, Gonzalo Hurtado y el “profesor” Manzano, cuyo único título nacional que aparece en su palmarés, es precisamente una Copa del Rey conquistada con el R.C.D. Mallorca en 2003, equipo que le dio fama y caché, y en horas bajas en la actualidad con el Club Atlético de Madrid.

Vienen tiempos de apretarse el cinturón, de buscar formas originales de captar nuevos ingresos, de tirar de la cantera, de cumplir con los pagos, y de poner freno al despilfarro.

El mallorquinismo queda en deuda con el equipo de Serra Ferrer, por haber alcanzado un difícil e histórico acuerdo, por devolver la mesura al club, y también con Mateu Alemany, parte activa a lo largo de muchos meses para negociar con bastantes de los demandantes.