Deià, a 28 Km. de Palma por la C 710, es un municipio situado en la vertiente noroccidental de la Serra de Tramuntana. Limita con los términos municipales de Sóller, Bunyola y Valldemossa. Pertenece al término de Deià el pequeño “llogaret” de Llucalcari.
Deià es sin lugar a dudas uno de los pueblecitos de montaña más bonitos de Mallorca, de una extraordinaria belleza, sus casas de piedra, se acurrucan con encanto en las vertiginosas laderas del Puig des Teix (1.062 m), alrededor de su vieja y severa iglesia.

Siendo el quinto término más pequeño de Mallorca, y con tan solo cinco Km. de costa, encontramos aquí algunos de los lugares legendarios de nuestra isla: Sa Foradada, Cala Deià y la pequeña Cala de Llucalcari.

Las precipitaciones en invierno son abundantes, y en el clima la media anual se sitúa sobre los 17° C.
El topónimo de Deià, proviene del periodo de dominación islámico (siglos X-XIII), y deriva de la palabra árabe “ad daia”, que significa “llogaret”. 

El valle sobre el que se asienta esta localidad, fue habitado ya desde la prehistoria, como así indica los restos arqueológicos encontrados. Entre ellos, destaca la “Cova de Betlem”, el conjunto de cuevas de Son Gallard, y los restos del “Castell des Moro”.
En la época romana se introduce el cultivo del olivo. Pero no es hasta la llegada de los musulmanes, cuando Deià adquiere su fisonomía actual. Se empiezan a construir los típicos bancales, y se crea un sofisticado sistema de riego y drenaje, que en muchos casos ha llegado hasta nuestros días. Con todo ello, surge una próspera horticultura.
En el periodo de dominación islámico, la pequeña alquería de “ad adaia”, perteneció al juz’ de Bunyula-Musu. Tras la conquista catalana y según el “Libre del Repartiment de Mallorca” (1232), la Vila de Valldemossa (que en aquellos tiempos incluía a Deià), fue concedida al Comte del Rosselló, Nunó Sanç. Por otra parte, Gilabert de Cruïlles, senyor de l’Empordà, toma posesión de la zona de Llucalcari. Deià obtiene su independencia de Valldemossa en 1.583.

Llegaremos a Deià por la sinuosa carretera C710. Situado en el Km. 53, este precioso “llogaret” se extendió de espaldas al mar para una mejor defensa de las incursiones piratas y protegerse de los vientos del norte. Sus casas antiguas, construidas también con un marcado carácter defensivo, de piedra y de color tierra, y de una fisonomía austera, ya que hasta la primera mitad del siglo XX, el pueblo sólo fue lugar de leñadores y carboneros. Entre bancales se levanta el caserío, rodeado de huertos de limoneros, olivares, cipreses y palmeras, que le dan un cierto toque exótico.
Por encima de tejados y terrazas, se distingue su austera iglesia. La iglesia de Sant Joan, de estilo barroco (siglo XVI), y como no podía ser de otra forma, presenta también tintes defensivos, con pocas ventanas, para llegado el caso poder ser mejor defendida ante posibles invasiones moras. Junto a la iglesia, el pequeño museo parroquial, en el que se expone una colección de objetos religiosos donados al templo a lo largo de su historia, y con algunos recuerdos personales de Robert Graves.

QUE VISITAR EN DEIÀ
El cementerio: en nuestra visita a Deià, será imprescindible dar un paseo por su pequeño y bohemio cementerio. Data de principios del siglo XVII y está situado detrás de la iglesia. Presenta una magnifica vista panorámica sobre toda la costa. Lugar de descanso de numerosos artistas e intelectuales, entre ellos, el poeta inglés Robert Graves, fiel defensor y enamorado de Deià. En su lápida, una sencilla inscripción, en la que reza “Robert Graves,Poeta,1895-1985”. 

Museo Arqueológico: situado en la calle d’es Clot n.4, este museo fue fundado en 1962 por el arqueólogo estadounidense William Waldren. Podremos ver una interesante muestra de materiales paleontológicos, con restos auténticos y reproducciones. Sobretodo los hallazgos encontrados en Muleta (Sóller), con los primeros restos de “Myotragus balearicus”, un antílope prehistórico que habitó nuestras tierras (5000 a.C.). 

Ca n'Alluny: esta casa se encuentra situada muy cerca de Deià, en la carretera que va de Deià a Sóller. Fue la casa donde residió el escritor y poeta inglés Robert Graves (Londres,1895-Deià,1985).En 1929 fijó su residencia en Deià junto con la poetisa norteamericana Laura Riding. Con el estallido de la Guerra Civil española decidió abandonar la isla, para volver en 1946.Fue aquí donde escribió dos de sus grandes novelas históricas: “Yo, Claudio” y “Claudio, el Dios”. Desde 2006 esta casa se ha convertido en la Casa Museo Robert Graves.
La casa sigue manteniendo en parte su aspecto original y bohemio. Se pueden visitar diversas dependencias, como la cocina, la sala, la imprenta y el estudio del escritor. En nuestra visita también tenemos la posibilidad de ver objetos personales del poeta, tales como fotografías, cartas y documentos personales.
La visita incluye la proyección audiovisual de unos 14 minutos de duración sobre la vida de Graves. 

Una Cita de Graves: 
"Amo a Mallorca.....por la fruta de mi jardín, el olor de la madera de los olivos, el sol entre las rocas del Teix, el ruido de las ovejas por las noches....."

Cala Deià: para llegar a Cala Deià, salimos del pueblo en dirección a Sòller, a unos 300 metros aproximadamente encontramos un desvío, giramos a la izquierda y tomamos una pequeña carretera llena de curvas, diez minutos en coche o veinticinco andando, nos bastarán para llegar a la minúscula cala. Es un rincón de postal turística, de una impresionante belleza, motivo de inspiración para artistas, que siguiendo la tradición de Robert Graves, nadan desnudos y montan fiestas los fines de semana.
La cala ha servido tradicionalmente como refugio de pescadores, que complementaban su forma de vida con el cultivo de la viña y hortalizas en las “marjades” que rodean la cala. En días de verano, no es difícil ver tomar el sol en Cala Deìa, a personajes como Kevin Ayers, Mike Oldfield o Eric Clapton.

LAS TIERRAS DE S’ARXIDUC 
Quizás muy pocas personas hallan hecho tanto por Mallorca como Luís Salvador de Habsburgo-Lorena y Borbón (1847-1915), conocido por los mallorquines como “s’Arxiduc”. Con tan solo 20 años, este joven, hijo del gran Duque Leopoldo II de la Toscana y de María-Antonieta de Borbón, llegó a Mallorca con la intención de realizar un trabajo sobre el archipiélago Balear.

Recorrió las islas a bordo del “Nixe”. Fruto de su trabajo, publicó una obra de siete volúmenes, fundamental en la historia de las Baleares: “Die Balearen in Wort und Bild geschildert”. Fue un gran enamorado de Mallorca, y gran parte del litoral de la costa norte, está aún recorrido por el recuerdo del archiduque. S’Arxiduc, amó profundamente estas tierras, y compró cuantas propiedades pudo.
En enero de 1872 compraba Miramar, a la que seguirían Son Galcerán (1875), Son Marroig (1877), Son Moragues (1882), Son Ferrandell (1890), Son Gual (1894), Son Gallard (1896), sa Font Figuera (1898), sa Pedrissa (1898), Can Costa (1901) y muchas pequeñas parcelas.
Pronto emprendió grandes obras de mejora de todo el territorio: la restauración de Miramar, la ampliación de Son Marroig, la construcción de s'Estaca, el acondicionamiento de la hospedería. Además, construyó más de cuarenta miradores, tres capillas y una docena de poyos y merenderos, unidos por una red de caminos. Las tierras del Archiduque estaban abiertas a todo el mundo. Los viajeros y caminantes que pasaban por su hospedería, tenían durante tres días, alojamiento, enseres y víveres gratis. El personal del establecimiento no podía aceptar ningún tipo de propinas.

POSSESSIONS MÁS DESTACABLES DE S’ARXIDUC 
Son Marroig: fue la finca favorita de s’Arxiduc. Reformó esta mansión de finales del medievo, conservando su torre fortificada y realizando ampliaciones de estilo italiano. La casa está rodeada de una terraza y un precioso jardín. También hizo construir el famoso templete griego de mármol de Carrara, situado frente al mar, donde s’Arxiduc pasaba largas horas pensando y contemplando las espectaculares puestas de sol.

Desde aquí encontramos una excepcional vista de SA FORADADA (la agujereada), una roca recortada con un agujero de 18 metros de diámetro, donde s’Arxiduc solía amarrar su yate “Nixe”. Podemos llegar a los acantilados de Sa Foradada por un camino de acceso promovido originalmente por el archiduque. Se tarda poco menos de una hora en llegar a este lugar a pie, unos paneles indicativos nos guiarán, y a lo largo del camino (aproximadamente 3,5 Km.)podremos encontrar unos excelentes miradores. El camino de regreso puede resultar un poco pesado, sobre todo si lo realizamos a pleno sol, pero es una experiencia que realmente merece la pena.
Son Marroig, alberga hoy día un museo dedicado a la vida y obra de este notable personaje. Se conservan recuerdos suyos: retratos, documentos, dibujos a lápiz, el mobiliario mallorquín y otros objetos de carácter etnológico. Una anécdota sobre Son Marroig, nos cuenta como un “pagés” quiso conocer al “loco” que pagó una desorbitada cantidad de dinero por la finca. Al requerir el motivo a s’Arxiduc, este bajó la cabeza y contestó: “En realidad, sólo Sa Foradada ya vale mucho más. El resto es un regalo”. Por último cabe destacar que desde 1978, Son Marroig acoge anualmente el Festival Internacional de Deià dedicado a la música de cámara.

S'Estaca y Miramar: estas dos fincas, en realidad dependen del término municipal de Valldemossa. Conservan aún las huellas de quien un día fue su propietario: caminos de piedra, numerosos miradores, etc. Desde el llamado “mirador des Pi” (del pino), se contemplan las casas de S’Estaca, a la izquierda, y los riscos de Miramar a la derecha.


Las casas de S’Estaca, de estilo morisco, están cerradas al público. Fue el nido de amor que s’Arxiduc compartió con Catalina Homar, una campesina de 19 años, administradora de sus bienes. En la actualidad, esta “possessió” ha sido reformada y adquirida por el famoso actor Michael Douglas. Otra de las propiedades emblemáticas de Lluís Salvador fue Miramar. Fundado en 1276 por Jaume II, a petición del Beato Ramón Llull, para albergar la escuela de lenguas orientales. En 1457 se fundó la primera imprenta de Mallorca, y fue aquí donde se imprimió el primer libro publicado en la isla.
En 1872, Miramar es adquirida por s’Arxiduc, quien haría de anfitrión de la princesa Sisi durante su visita a Mallorca. El interior del monasterio alberga un museo en el que se recuerdan las ilustres figuras que lo habitaron. 

"LLOGARETS"
Llucalcari, conocido también por el nombre de es Carrer. Uno de los lugares singulares y míticos de nuestra isla. El archiduque no dudó en calificarlo como uno de los lugares más hermosos del mundo, y quizá no le faltaba razón. Situado a unos tres kilómetros de Deiá, en una pendiente de 85 metros de altitud que mira al mar. Apenas una veintena de casas forman este pequeño “llogaret”.

Conserva aún tres de las cinco torres de defensa, que antiguamente protegían a los vecinos de las invasiones corsarias. Las casas de piedra, de color ocre y tejados árabes, entre palmeras y un horizonte azul, un verdadero espectáculo. Se pueden visitar las torres de defensa, la “Casa D’Amunt” (fortificada), y la capilla, donde se rinde culto a la Mare de Déu dels Desamparats.
A Llucalcari solo podremos llegar a pie, tendremos que ingeniárnoslas para dejar el coche en un recodo seguro de la carretera, ya que los aparcamientos disponibles están reservados para los vecinos. Desde Llucalcari, un sendero que discurre entre pinos y bancales de olivos nos llevará hasta Es Canyaret, una cala de piedras y rocas, un paraje virgen en el que se tolera el nudismo, y muy recomendable también para el submarinismo. 

SENDERISMO
Deiá, es punto de partida para realizar numerosas excursiones, un lugar perfecto para los amantes del senderismo. Para los más preparados es muy recomendable la subida de “Es Teix” (1.062 m). Es sin duda una de las excursiones típicas y emblemáticas de Mallorca. Discurre por viejos senderos de pastores y carboneros que nos llevan a su cima. Antes de afrontar esta excursión, debemos informarnos bien para evitar contratiempos, ya que es relativamente dura. Otras más populares, son las que van desde Deià hasta la Cala, y la que une la Cala con el “llogaret” de Llucalcari.
Apto para todo tipo de excursionistas es también el “Cami de Castelló”. Un camino que unía antiguamente las localidades de Deià y Sóller. El sendero empieza en Deià, llegamos a la alquería de Castelló y se enlaza con el “Camí del Rost” hasta llegar a Sóller. En total unos 8 Km. de recorrido que transcurren en gran parte a unos trescientos metros del mar y, en el que invertiremos poco más de dos horas. 

GASTRONOMÍA: excelentes naranjas y limones, las aceitunas partidas, de las mejores que se elaboran en Mallorca. Excelente cocina marinera, en la que destaca sobre todo las sopas de cangrejo. Los caracoles en salsa y el “llom amb esclatasangs” (lomo con setas), se preparan con un gusto exquisito. 

FIESTAS: Sant Joan, 24 de junio (patronales). Los festejos duran 2 ó tres días. Sant Joan es el patrón de Deià, desde que el pueblo se independizó en 1583 de la vecina localidad de Valldemossa. Se celebran exposiciones, eventos musicales, verbenas y bailes.
El dia 24 de junio, romería desde la Plaça del Porxo hasta la iglesia.


Situación Geográfica



Extensión: 15,2 km²
Población: 850 habitantes aproximadamente
Gentilicio: deianenc/deianenca
Ayuntamiento: C/Porxo,4 TEL: 971 639 077
Policía Local: C/Porxo,4 TEL: 971 639 077
Juzgado de Paz: C/Porxo,4 TEL: 971 639 077
Guardia Civil (Sóller) TEL: 971 630 203
Correos: C/ Arxiduc Lluís Salvador, 30 bajos 
Urgencias médicas Centro Salud Serra Nord (Sóller): TEL: 971 633 011
Farmacia: C/ Arxiduc Lluís Salvador, 5 TEL: 971 639 048 
Código postal.: 07179

 

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