Capdepera, a 75 Km. de Palma, es un municipio situado en el extremo oriental de la isla, en la comarca de Llevant.
Limita con los términos municipales de Artà y Son Servera. Pertenecen al término municipal de Capdepera los siguientes núcleos de población: Cala Rajada, Cala Gat, Font de sa Cala, Cala Lliteres, sa Mesquida, es Carregador, Canyamel, sa Pedruscada, Son Moll y es Provençals.
De norte a sur, la configuración del municipio es alargada. 
Posee un relieve muy recortado que cuenta con grandes espacios naturales y numerosas playas vírgenes. 

La costa se divide en tres puntas compuestas por hermosos acantilados: el cap des Freu (42 metros), el cap Vermell (100 metros) y el cap des Pinar (70 metros). 

Capdepera, forma parte de la Serra de Llevant, cuenta con pequeñas montañas que no superan los 500 metros de altitud y entre estas tierras se extienden dos valles: el de Sa Mesquida, donde podemos encontrar uno de los cordones de dunas más importantes de Mallorca (llamados el “Munt Gros”) y el valle de Canyamel, por donde trascurre el torrente del mismo nombre y que desemboca en la playa de Canyamel.

Por su gran valor natural y paisajístico, estas dos zonas están declaradas por el Govern Balear “Áreas Naturales de especial Interés". Por su proximidad al mar, el municipio goza de un clima suave durante todo el año. Las temperaturas oscilan entre los 12-15º centígrados en invierno, y los 25-35º en verano. Durante todo el año se pueden disfrutar de días soleados y luminosos. La mayoría de sus calas y playas suelen estar galardonadas por la CEE con la Bandera Azul.

Como dato curioso, llama la atención el gentilicio de los nacidos en Capdepera: “gabellins”. De etimología incierta, es probable que su origen esté en la palabra árabe “gebli”, que significa montañero. 

El topónimo del municipio proviene de latín “caput petrae”, que significa Cabo de la Piedra, en catalán medieval “Cap de la Pera”, y llega a su forma actual “Capdepera”.
Estas tierras fueron habitadas ya desde la prehistoria, prueba de ello fueron los numerosos vestigios que quedaron, que datan cronológicamente, entre los siglos X y II a.C., es decir, entre los periodos pretalayótico y talayótico.
De la época pretalayótica destacan las naviformes de Canyamel y las cuevas artificiales de “Son Jaumell”. Del periodo talayótico son destacables los poblados de ”Son Barbassa”, “Sos Sastres”, “Puig de s’Hort”,”es Claper des Gegant” y el yacimiento de “Son Favar”, donde fueron encontrados los famosos “Guerreros de Son Favar” (cuatro esculturas de bronce pertenecientes a los siglos V-II a.C.).
De la época romana fueron encontrados restos de cerámica. En el periodo islámico, Capdepera formaba parte del distrito de “Yartan” (palabra árabe que significa jardín). “Yartan”, era uno de los trece distritos en los que se dividía la isla de Mallorca y que incluían también los actuales términos municipales de Artá y Son Servera. De este periodo, se conservan algunos yacimientos arqueológicos, como la “Torre d’en Miquel Nunis”. 

Tras la conquista catalana y según el “Libre del Repartiment de Mallorca” (1232), el distrito de “Yartan” fue concedido Al rey Jaume I. Fue en Capdepera donde Jaume I consiguió la rendición de Menorca, hasta ese momento en manos de los musulmanes. Según el tratado de Capdepera, Menorca continuaría bajo poder musulmán a cambio de unos tributos, pero sometido a un estado de sumisión respecto a Jaume I y sus sucesores. Se consiguió con una gran astucia y sin derramar ni una sola gota de sangre. Así nos lo relata Álvaro Campaner en el “Cronicón Mayoricense”: Aquel día , fue ya el rey en el lugar de Capdepera que está a la vista de Menorca, con seis caballeros, cuatro caballos, un escudo, cinco escuderos que le servían, diez hombres de crianza y los troteros, y ésta era toda su hueste; y por la noche mandó el rey meter fuego en más de trescientos lugares, por los matorrales, para que pensasen los moros de Menorca que se hallaba allí el ejercito del Rey. Los musulmanes, aterrados, se comprometieron a servir vasallaje al rey de Aragón. 


EL CASTILLO DE CAPDEPERA:

Llegaremos a Capdepera por la carretera C 715.  A unos 7 Km. de Artà se encuentra esta población, en la que sin duda lo que más destaca es su recinto amurallado.
Sobre el perfil de la villa de Capdepera, se levanta un castillo legendario construido en el siglo XIV, cuya finalidad principal era la defensa del pueblo que albergaba en su interior. De todos es sabido el hostigamiento al que estaban sometidas las costas Baleares, de las tan temidas incursiones piratas.
Fueron los romanos los que construyeron el castillo en este lugar, lo ampliaron más tarde los moros para protección de sus propiedades, y tuvo bajo la bandera cristiana su consumación grandiosa. Esta fortaleza es la más grande de Mallorca, permaneciendo hoy día en perfecto estado de conservación, sus elementos permanecen prácticamente intactos, tal vez, porque nunca hubo una batalla seria en su contorno. Este castillo está documentado por primera vez en el año 1337, aunque se ignora cuando empezaron las obras de su construcción.
Probablemente fue alrededor del año 1300,cuando Jaume II mandó edificar la fortificación que encerraría entre sus murallas a una sesentena de viviendas. La idea surgió ante la necesidad de salvaguardar la integridad de la población ante posibles ataques corsarios. Para obligar a la vecindad a establecerse y pernoctar obligatoriamente dentro del recinto amurallado, el monarca ofreció ayudas económicas a la población. Posteriormente ,el pueblo se trasladó extramuros y quedó el recinto como defensa. 

La estructura del castillo de Capdepera es de forma triangular, en el que destacan sus cuatro torres de defensa, cada una de ellas con nombre propio: la de “Miquel Nunis”,la más antigua de todas (ya existía incluso antes de la construcción del castillo);la de “Sa Boira”,en honor a una leyenda aquí acontecida; la de “Ses Dames” y, una cuarta, de planta cuadrada, que es la única que no tiene acceso desde la calle. Seguramente fue la atalaya principal. 

Cabe destacar también el llamado camino de Ronda, que rodea el castillo y por donde los centinelas llevaban a cabo las guardias y los dos portales de entrada. El principal, construido en 1418 es conocido como “Portal Rei en Jaume”.En el punto más alto de la fortaleza se ubica la iglesia de la “Mare de Déu de la l'Esperança”. Su interior acoge la talla de un Cristo del siglo XIV o XV y la imagen de estilo gótico de la “Mare de Déu de la l'Esperança”, patrona de Capdepera y, venerada desde el siglo XVI. Las escaleras exteriores conducen a un tejado plano, que ofrece unas preciosas vistas de las casas. Los militares abandonaron el castillo en 1854 y este pasó a ser una propiedad privada.
En 1983, el ayuntamiento de Capdepera adquirió el castillo, convirtiéndolo en museo,pues conserva gran parte de las estancias que lo formaban. Se puede pasear entre sus murallas y torres de defensa, y por el camino de Ronda, donde los centinelas velaban los sueños de sus conciudadanos.
Se llega a este castillo subiendo la escalinata desde la plaza del mercado. 

Este castillo es testigo mudo de una de nuestras leyendas más bonitas: El “Miracle de Sa Boira”(milagro de la niebla) .
Los pueblos de Mallorca, guardan muchas leyendas dentro de su historia, y Capdepera y su Castillo no podían ser menos. Esta se pierde en el tiempo, cuando el Mediterráneo estaba infestado de piratas y las costas Baleares se enfrentaban a una lucha eterna contra el invasor. Desde este recinto amurallado y que encerraba entre sus murallas a toda la población, se divisó a las naves de los indeseables huéspedes. La guardia había tocado alarma. De nuevo la costa nordeste de Mallorca se veía amenazada por las huestes moras. Pero esta vez era diferente, los guardias que vigilaban desde las torres, no daban crédito a lo que se les venía encima, a donde quiera que dirigían la mirada, no veían más que moros y más moros. Por momentos parecían que se multiplicaban. No era posible afrontar la lucha con la más mínima esperanza de éxito. Entonces los paisanos del pueblo se acordaron de su fe cristiana. La Virgen de la Esperanza fue invocada y llevada a toda prisa desde la capilla de la fortaleza a la torre de Sa Boira. No quedaba nada más que rezar. Y el cielo tuvo compasión. En cuanto los rezos empezaron a volar, se extendió una espesa niebla que cubrió toda la fortaleza y la costa, evitando con ello el enfrentamiento. Los moros lo veían todo blanco. Aterrados, por verse privados de la visión del enemigo y tomándolo como una señal, los intrusos retrocedieron inmediatamente, sin derramamiento de sangre ni de lágrimas.
El cielo y Capdepera habían ganado una gran batalla.



QUE VISITAR:

Las Cuevas de Artà:
Las mal llamadas Cuevas de Artà, ya que se encuentran en el Cap Vermell, en el término municipal de Capdepera, son sin duda una de las más fascinantes y misteriosas de Mallorca, rodeadas de montañas que se levantan sobre el mar.
El hecho de que estas se llamen Cuevas de Artà, es porque pertenecieron a este término municipal hasta que Capdepera se constituyó como municipio independiente en el siglo XIX. Conocidas antiguamente como las “Coves de S’Ermità” y habitadas desde tiempos antiquísimos. Cuenta la leyenda, que durante la Reconquista, Jaume I encontró en este laberinto de cuevas a 2.000 árabes escondidos con su ganado. Posteriormente fueron utilizadas por ermitaños, piratas y contrabandistas.
Sin embargo no fueron exploradas hasta 1876, cuando el geólogo francés Edouard Martel, las visitó a instancias del archiduque Luis Salvador .En el libro de oro figuran las firmas de muchos personajes celebres que las vinieron a visitar.
La extraña belleza de estas cuevas fueron admiradas por Isabel II, dejando como recuerdo la escalinata construida para la visita real. Dicen que fue aquí donde Julio Verne encontró la inspiración para su libro “Viaje al centro de la tierra” y donde el venerado poeta mallorquín Miquel Costa i Llobera se inspiró para redactar una de sus principales composiciones: ”La deixa del geni grec”. Están situadas a 46 metros sobre el nivel del mar, la temperatura es de unos 18º y la humedad del 80%.
Desde la entrada se accede al vestíbulo, y de allí a una sala en la que admiraremos una de las piezas más vistosas: ”La reina de las columnas”, es esta una estalagmita de más de 22 metros de alto, que crece a un ritmo de dos cm. cada 100 años.
Tras visitar la sala del purgatorio se accede a la sala del infierno, donde se ofrece un espectáculo de luz y sonido de tres minutos de duración. El recorrido finaliza en la sala de las Banderas, donde las estalactitas parecen emblemas ondeantes. A la salida espectaculares vistas sobre la bahía de Canyamel. La visita a las cuevas dura entre 25 y 40 minutos.
Las explicaciones se ofrecen en cuatro idiomas: español, francés, inglés y alemán. Se debe llevar calzado adecuado, ya que el suelo puede ser bastante resbaladizo.


Cala Rajada y el Faro de Capdepera:
Cala Rajada fue un antiguo y encantador pueblecito pesquero hasta que el “boom” turístico de la década de los 50 lo convirtió en una de las poblaciones pioneras del turismo en nuestra isla. Todavía es posible ver a algunos pescadores, coser y reparar sus redes con gran maestría, y si paseamos después de comer, se podrá observar como descargan la pesca desde sus embarcaciones.
Ni que decir tiene, que en sus restaurantes, los pescados y mariscos son excelentes. Cala Rajada, tiene dos paseos marítimos: uno va desde el Moll hasta Cala Gat y otro que une Cala Lliteres con Cala Agulla.
Es destacable la mansión y jardines de “sa Torre Cega”, propiedad de la familia March (solo visitas concertadas), En ella puede visitarse un interesante museo de esculturas al aire libre. En sus jardines se celebran las populares Serenates d’Estiu, organizadas por las Joventuts Musicals.Desde Cala Rajada, podemos realizar una interesante excursión a pie hasta el faro de Capdepera (3 Km. ida y vuelta), construido en la segunda mitad del siglo XIX, está enclavado en el punto más oriental de la isla y llegaremos a el por una pequeña carretera asfaltada que serpentea entre pinares. Al final, el faro frente a una panorámica esplendida, impresionantes acantilados rocosos y el azul del mar. El famoso cantautor Joan Manuel Serrat, hace referencia a este faro en unas de sus canciones, cuando dice aquello de “prefiero al farero de Capdepera que al vigía de occidente”.
Cala Rajada, es también el principal punto de partida de las embarcaciones que acceden desde Mallorca a Menorca. Cada día sale un ferry que nos llevará a la isla hermana en tan solo una hora. 


Son Moll:
La bulliciosa playa de Son Moll, es la más cercana al centro de Cala Rajada, por lo que sufre la masificación debido a su fácil acceso. Ocupa unos 150 metros de longitud por 35 de anchura. Aguas cristalinas y arenas doradas. Está rodeada de hoteles, que ocupan lo que antaño fueron primitivas casas de veraneo. Cuenta con todo tipo de servicios. En ella se puede practicar el surf y el esquí acuático. 

Cala Gat:
Playa cercana al puerto de Cala Rajada, de dimensiones más reducidas que la de Son Moll, tranquila y menos masificada. De aguas cristalinas y azul turquesa. Se accede hasta ella a través de un paseo que parte del palacete y Jardines de Sa Torre Cega. Urbanizada a principios de la década de los setenta. Lugar de numerosas segundas residencias.

Cala Lliteres:
La playa de Cala Lliteres, es una pequeña cala rocosa, verdadero paraíso para los practicantes de deportes submarinos. Aquí se encuentra la escuela de buceo de Cala Rajada. Lugar también de numerosas segundas residencias. 

Cala Agulla:
Cala Agulla, es una de las playas más pintorescas y apreciadas de todas las pertenecientes al término municipal de Capdepera. Está situada a unos 4 Km. de distancia de Capdepera y, muy cerca del núcleo urbano de Cala Rajada. Mide unos 550 metros de longitud, por unos 40 de anchura aproximadamente, con un desnivel del 4%.
De arena blanca y fina, y de aguas de un azul espectacular. Está sin urbanizar, aunque las edificaciones de Cala Rajada llegan hasta sus inmediaciones. Su línea de dunas, con un frondoso pinar al fondo, le confiere un cierto aire silvestre.
Dispone de un restaurante, dos chiringuitos, aparcamiento, servicio de salvamento de la Cruz Roja, sombrillas, hamacas…etc. Declarada Área Natural de Especial Interés en 1991 por el Parlamento Balear. 

Cala Mesquida:
Cala Mesquida, a unos 7 Km. de distancia de Capdepera aproximadamente, es una de las playas más bellas del municipio, casi paradisíaca, de arena blanca y fina, posee las mayores formaciones dunares de Mallorca y está rodeada de pinares. Mide unos 400 metros de longitud por 100 de ancho, con un desnivel del 3%. Sus aguas limpias y de una azul turquesa increíble.
Junto a la playa, encontramos un hotel con bungalows, un club de vacaciones, un restaurante en la playa y un chiringuito. Cuenta con servicio de socorrismo de la Cruz Roja. Esta playa fue en el pasado un punto caliente del contrabando de tabaco y café, con numerosas historias acaecidas entre contrabandistas y Guardia Civil. En días claros es posible contemplar la silueta de Menorca, (y dicen que cuando se ve Menorca, es que pronto va a llover).
Declarada Área Natural de Especial Interés en 1991 por el Parlamento Balear. 

Bahía de Canyamel:
Esta zona turística del municipio de Capdepera aglutina algunos de los elementos más apreciados por el visitante: una bonita y tranquila playa, campo de golf, las cuevas de Artà, historia, con la mítica Torre de Canyamel, etc. La playa de Canyamel, es ideal para los que buscan tranquilidad, incluso en temporada alta, rodeada de pinares, de arena fina, tiene unas dimensiones aproximadas de 250 metros de longitud por 50 de ancho, con un desnivel del 4%.
Aunque en sus alrededores se levantan algunos hoteles, no es una zona demasiado urbanizada. Cuenta con servicios de primeros auxilios, restaurantes, bares, sombrillas, hamacas, etc.
La Torre de Canyamel, precedente a la playa, se encuentra en el centro del valle que enfila el mar. Es una torre fortificada del siglo XIII, de tres plantas más una torreta central con una altura de 23 metros. De origen musulmán, es una de las torres emblemáticas de Mallorca, por su antigüedad y buen estado de conservación. Formaba parte de la cadena de atalayas de defensa de la isla, que daban la voz de alarma cuando se acercaban a la costa las naves turcas y berberiscas.
Desde la Torre, se contemplan unas espectaculares vistas sobre la bahía de Canyamel, y los municipios de Capdepera y Artà. 


Font de Sa Cala:
Esta preciosa cala se encuentra conectada con Cala Rajada a través del mini tren , que recorre los escasos 3 Km. de distancia que las separan. De reducidas dimensiones, 110 metros de longitud por 35 de largo, con un desnivel del 3,5 %. Se dice que bajo sus aguas mana una fuente de agua dulce, lo que provoca que el agua sea más fría y menos salada. Y es precisamente esa fuente el origen de su topónimo. Posee puesto de primeros auxilios, restaurantes, sombrillas, hamacas, etc.
Muy cerca se encuentran otras pequeñas calas: N’Aguait, Es Carregador, N’Aladern, Cala Provençals, etc. 


GASTRONOMÍA: 
Entre los platos que aquí se preparan, destacan los arroces y los pescados. Su litoral ofrece una langosta excelente. Recomendable la “sepia con mejillones”, la “sopa de pescado”, las “gambas con champiñones”, y diversas variedades de pescado al horno.
En las montañas por las que se extienden los municipios de esta comarca, florece por Sant Joan, abundantes plantas de “camamil.la” (manzanilla). Seguramente en muchos cafés del municipio, encontraremos esta infusión, que tiene propiedades tónicas y calmantes. 

ARTESANÍA:
Ni que decir tiene en cuanto a la artesanía, que este municipio está ligado estrechamente a “L’obra de Palma” (el trabajo relacionado con el palmito). El “garballó, como así lo llamamos en Mallorca, es la única palmera silvestre europea, que crece en regiones secas y áridas, generalmente en zonas cercanas al litoral.
Del palmito se extraían las hojas de la palma, que una vez secadas y azufradas para obtener mayor flexibilidad, se empleaban en la noble tarea de “fer llatra”. Este trabajo consistía en el hábil trenzado de las hojas, del que posteriormente saldrían toda una gama de productos: abanicos, escobas, sombreros, las típicas “senalles” (cestas), cortinas y otros que dejaron de fabricarse hace años, como las alforjas, o los recipientes para depositar el “pa de figa”.
Aunque hoy día esta actividad está prácticamente desaparecida, algunas casas antiguas de Artà y Capdepera, conservan aún el “ensofrador”, lugar donde se blanqueaban las hojas del palmito. Fue esta una de las principales actividades económicas de la ciudad hasta los años 60, y suponía gran parte del sustento económico de las familias. En ella colaboraban todos sus integrantes: padres hijos y abuelos. Los hombres se dedicaban a la recolección (durante el mes de julio), secado y reparto entre las familias. Mujeres y niños lo trabajaban. Esta actividad discurría principalmente en la calle. Por las noches familias y amigos se reunían en las tradicionales “vetlleries”, y en ellas afloraban los comentarios diarios de la vida cotidiana.
Con la progresiva llegada del turismo, esta actividad empezó a perder peso, lógicamente se necesitaba mano de obra para atender a los visitantes en las zonas costeras. Hoy, son pocas las mujeres que conservan este arte en sus manos, la mayoría de piezas son para el consumo propio, aunque todavía es posible encontrar tiendas de souvenirs en las que encontrar estos productos artesanales. Algunos trabajos deben encargarse, debiendo el cliente esperar turno durante varios meses. 


FERIAS:
Desde el año 2000, se celebra la Feria Medieval de Capdepera, que año tras año gana adeptos y se está convirtiendo en una de las más concurridas de cuantas se celebran en Mallorca. Esta feria, nace con motivo del 700 aniversario de la fortificación de la villa, como muestran sus murallas y el castillo. Con una duración de tres días, destaca el “Mercado Medieval”, en el que encontraremos puestos de bordados, porcelana, textiles, zapatos, plantas, plata, cerámica, piedra, hierro, etc. En cuanto a la alimentación, no podrían faltar los embutidos de la tierra, como la sobrassada, confituras, queso, buñuelos, etc. Entre los muchos actos que se celebran tanto en el núcleo urbano como en el Castell de Capdepera, destaca su “cercavilla”, conferencias, exposiciones, exhibición de gigantes, encuentros de música medieval, demostración de artes medievales, etc. 


FIESTAS:
El calendario festivo de Capdepera, da comienzo (como en otros municipios de Mallorca) el día 17 de enero, día de Sant Antoni, en las que se celebran las tradicionales “beneïdes”. En la noche del día 16, se celebra el tradicional encuentro de demonios y se enciendes las hogueras.
El 24 de agosto tienen lugar las fiestas patronales de Capdepera con motivo de Sant Bartomeu. No falta la “revetlla”, y otros actos de tipo cultural, deportivos y musicales.
El 18 de diciembre, la “Mare de Déu de l’Esperança”, son también unas fiestas con mucho arraigo, y que rememora el “Miracle de Sa Boira”(milagro de la niebla) .
Cala Rajada celebra sus fiestas el 16 de julio, con motivo de la “Mare de Déu del Carme”, Patrona de los marineros. Se celebra una tradicional misa en el muelle, además de la procesión marítima, con banda de música y fuegos de artificio.
Las fiestas patronales tienen lugar el 16 de agosto con motivo de Sant Roc. Canyamel celebra sus fiestas el último fin de semana de julio, con su típica “revetlla” y bailes tradicionales. 

Situación Geográfica


 

 

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